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Nadie es capaz de describir realmente lo que es sentir mariposas en el estómago, hasta que existe una verdadera atracción con otra persona. Cuando lo que sientes rebasa la atracción física y se trata de algo mucho más intenso, una conexión más profunda, aquello a lo que podemos llamar amor. Seguramente, todos hemos experimentado este sentimiento en algún momento.
Cuando los hijos adolescentes se enamoran
El enamoramiento está basado en comunicación emocional, motriz, sexual, intelectual e instintiva. Además de contar también los gestos, que se llevan a cabo al moverse, mirarse, acariciarse y hablarse. Este estado emocional puede ser de tipo externo, donde te enamoras de lo que ves; o interno, cuando te enamoras la forma de ser del individuo, de sus sentimientos.
Es posible que en el transcurso de la vida, la manera y la intensidad de cómo nos enamoramos cambie. Para un adolescente, el enamoramiento es algo nuevo, una combinación de sensaciones y sentimientos que le toca descubrir. En ese periodo, estamos dispuestos a experimentar y sentir sin miedo todo lo que nos genere una sensación positiva.
A diferencia de los adolescentes, lo que hace que los adultos sean más reservados, cuando se trata de sentir y demostrar amor, son las experiencias vividas. Los adultos no solo saben lo hermoso que puede ser enamorarse, también tienen conocimiento de todo lo que esto puede acarrear, rompimientos, decepciones, entre otros. Al igual que el amor, esto es algo que los adolescentes apenas van a descubrir.
Lo que pasa en el cerebro de un joven cuando se enamora
En nuestro cerebro, se sintetiza una hormona llamada oxitocina, conocida como “la hormona del amor”; esta a su vez se almacena en el hipotálamo, en una glándula encargada de secretarla a la sangre cada vez que es necesario, o bien, actúa como un neurotransmisor que estimula al cerebro para provocar respuestas en nuestro comportamiento, como el deseo sexual o el amor.
Además, también se produce dopamina, serotonina y otras hormonas que participan en el enamoramiento. Estas regulan motivaciones y deseos. Nos llevan a seguir patrones de conducta que nos generan placer.
Cuando pensamos en establecer una relación amorosa con la persona que nos gusta, tanto la oxitocina como la dopamina generan en nuestro cerebro una respuesta de placer, que funciona como una forma de recompensa para el cuerpo. Mientras más altas son las concentraciones de oxitocina que produce nuestro cerebro al tener contacto con la persona que nos gusta, más enamorados nos sentiremos.
Características de los adolescentes enamorados
Muchos creen que siendo adolescentes enamorarse realmente no es posible, otros creen que el enamoramiento en esta época es la experiencia más intensa. Algo de lo que sucede se puede explicar de la siguiente manera:
Alteraciones que existen en los adolescentes debido a las hormonas
Todos los seres humanos producimos hormonas, pero desde el momento en el que una persona nace, crece y se desarrolla, no solo varía el tipo de hormonas que genera, sino también sus concentraciones y las respuestas que logran establecer en nuestro cuerpo y comportamiento.
Durante la niñez las principales hormonas son las que regulan el crecimiento, pero durante la adolescencia entran en juego las hormonas sexuales: andrógenos, estrógenos y progesterona. Estas provocan cambios físicos, durante la pubertad; pero también son las responsables del aumento del interés sexual.
Al igual que todas estas hormonas, para los jóvenes, el amor hacia otra persona es algo novedoso y lleno de grandes sensaciones. Por lo general, los adolescentes son impulsivos y pasionales, la poca experiencia que poseen les permite ser arriesgados, sin pensar demasiado en las consecuencias.
Una nube de sentimientos…
Los adolescentes viven a toda velocidad, sedientos de aventuras y experiencias. Considerando esto, debemos saber que cualquier motivo es una excusa para enamorarse; si les sonríen o los miran de alguna manera en particular. Pero con la misma intensidad que aman, pueden dejar de hacerlo, lo que los lleva a experimentar decepciones y frustración si sienten que son rechazados.
Todos los sentimientos que los jóvenes perciben son pasionales, muy intensos, podría decirse que incluso son viscerales; estos pueden durar un día, un mes o para siempre. El primer amor adolescente es difícil de olvidar, generalmente se recuerda porque fue la primera vez que sentimos ese licuado de emociones, las cuales dejan una huella en nosotros.
Normalmente, las chicas y los chicos viven el enamoramiento de maneras distintas; ya que cada sexo tiene sus propios intereses y la composición del cerebro es diferente entre individuos femeninos y masculinos. Durante la adolescencia, los chicos buscan conquistar y mientras lo hacen se divertirán, lo pasarán bien, será un reto; en cambio las chicas se sentirán alagadas de ser el centro de las miradas y se inclinarán más a lo romántico, lo que puede llevarlas a sufrir más por amor.
La comunicación con los hijos adolescentes
Es importante hablarles a los jóvenes sobre las consecuencias que puede tener actuar sin responsabilidad. La adolescencia es una etapa difícil de sobrellevar, más que nada por todos los cambios que se atraviesan; físicos, hormonales, de carácter, etc. Todo esto puede ser muy complicado de asimilar, por tal motivo no se pueden dejar a la deriva.
Una de las principales razones por la cual los adultos son menos efusivos con el enamoramiento, es que el camino recorrido les ha enseñado que cada acción genera una reacción; todo acto trae una consecuencia. Son sus propias vivencias las que los llevan a ser más responsables. Así bien, los padres poseen la sabiduría necesaria para dirigirse a sus hijos adolescentes y ayudarles a que cometan la menor cantidad de errores posibles.
Todos aquellos adultos que son padres de adolescentes, deben adquirir las palabras adecuadas para aconsejar a sus hijos en los aspectos de la vida que sean necesarios y ganarse la confianza para que ellos no duden en acudir a sus padres en caso de requerir alguna ayuda. La comunicación es muy importante en este punto, solo a través de ella, los padres lograrán evitar que sus hijos sufran y podrán prevenir que cometan errores.
Cuando se trata de enamoramiento y relaciones, tanto padres como hijos deben perder la vergüenza a la hora de preguntar y responder cualquier duda que se presente. Los jóvenes deben conocer los peligros, los riesgos, los resultados que puede tener enamorarse de forma desmedida y sin tener precauciones. No se les debe prohibir vivir el momento y disfrutar la vida, solo debes enseñarle a hacerlo con madurez y responsabilidad.