El veganismo es una forma de vida que se basa en alimentarse con una dieta libre de productos de origen animal. La principal intención de los veganos es proteger a los animales y crear conciencia en torno a ellos. Es por eso que el propósito del veganismo no se limita a la alimentación, sino también a todo tipo de productos que estén elaborados con animales, como el cuero y otras prendas de piel, o que hayan sido probados en animales, como el maquillaje y muchos otros productos de belleza.
Aunque el veganismo apunta a ser una forma de vida altamente sustentable que armoniza con la naturaleza, muchos se han cuestionado sobre el efecto que tiene una dieta vegana sobre la salud. Por lo tanto hoy vamos a hablar sobre cómo es llevar una alimentación vegana en comparación a una alimentación convencional.
Diferencia nutricional entre una dieta convencional y una dieta vegana
Desde muy chicos no han enseñado cómo se supone que se estructura una alimentación saludable, para ello los nutricionistas elaboran una pirámide con los distintos tipos de alimentos en variedad y proporción que constituyen lo necesario para una vida sana y llena de energía.
No es extraño encontrar productos como carne, pescado, leche, queso, huevos y otros productos de origen animal, ya que desde siempre se han considerado como fuente de nutrientes para nuestro cuerpo. No obstante, con el veganismo surge la posibilidad de adquirir lo que el cuerpo necesita para estar saludable, sin contar con la proteína animal, reemplazándola por alternativas de origen vegetal con igual o mayor proporción de nutrientes.
El veganismo frente a la estructura de una alimentación convencional
Según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), una alimentación saludable se constituye en varios niveles con base a su valor nutricional y la frecuencia con la que deben ser consumidos. En el primer nivel, o la base de la pirámide, encontramos los hidratos de carbono complejos, que son las harinas, los cereales y los tubérculos.
En el siguiente nivel se encuentran las frutas, verduras y hortalizas. Un escalón más arriba en la pirámide, se encuentras los alimentos con carga proteínica, como la carne, el pescado, huevos, legumbres y lácteos. En el nivel superior se ubican los alimentos que se deben consumir en menor proporción, como las grasas untables, las carnes procesadas, los dulces, helados, las bebidas azucaradas y las bebidas alcohólicas.
Estructura de una alimentación vegana
Para una alimentación libre de productos de origen animal existe una amplia variedad de alimentos. Con ellos es posible recrear platillos convencionales con el mismo sabor sin sentir remordimiento alguno y seguir siendo saludables.
Una dieta vegana vista desde una pirámide nutricional, se constituye en el primer nivel de una amplia variedad de frutas y verduras. Estas se recomiendan consumir con regularidad y en mayor proporción que el resto de los alimentos. En el siguiente nivel se encuentran los granos enteros, tales como el arroz, el trigo, la avena, los cereales, la cebada, entre otros. Con ellos se pueden elaborar una gran variedad de platillos nutritivos.
Más arriba en la pirámide encontramos por un lado las legumbres y semillas, las cuales representan una fuente alta en proteína. Con mucho de estos alimentos se sustituyen las porciones de carne y pescado en las comidas y con un poco de creatividad se generan recetas atractivas y deliciosas. Por otro lado, en el mismo nivel están los sustitutos lácteos, como la leche de almendra y de soja, al igual que yogurt y quesos elaborados con soja. Hoy en día podemos conseguir alternativas lácteas veganas fortificadas con calcio en los supermercados.
La cúspide de la pirámide, al igual que en una dieta convencional, se encuentra las grasas y los azúcares. En este caso, para una dieta vegana se excluyen las grasas animales y se utilizan aceites de origen vegetal y una fuente saludable de grasas como lo es el aguacate. La miel se excluye como producto dulce por ser de origen animal y se utiliza el azúcar para la elaboración de postres.
Aunque mucho de los pasteles y dulces en general se elaboran con huevo, mantequilla y leche, existe una gran variedad de recetas para elaborar postres de la misma calidad y sabor excluyendo cualquier producto de origen animal.
El veganismo en diferentes edades
Las controversias sobre una dieta vegana en niños o adultos mayores siempre han existido, ya que se habla de la importancia de los nutrientes que este grupo de personas deben adquirir y que según muchos especialistas, solo pueden ser adquiridos a través de el consumo animal.
El veganismo en niños y adolescentes
Un infante en sus primeros meses de vida debe ser alimentado con leche materna, ese es un hecho que nadie discute. No obstante, en muchos casos la madre no tiene la capacidad de amamantar y para ello suele recurrir a las alternativas que existen en el mercado. Existen muchas fórmulas indicadas para los bebés, pero se ha comprobado que las que aportan un mayor índice nutricional son aquellas elaborada con cereales.
En la niñez se pueden alimentar con verduras, frutas y legumbres, que aportan todos los nutrientes que un niño en crecimiento necesita. En la adolescencia, una alimentación elaborada con productos de origen vegetal puede prevenir la obesidad, el cansancio y el agotamiento que producen las carnes procesadas y los alimentos saturados.
El veganismo en adultos mayores
Las personas después de los 70 años tienen necesidades especiales de ciertas vitaminas y nutrientes, los cuales independientemente de cuál sea su situación de salud específica, es sencillo suplir con una dieta vegana, siempre y cuando se cumplan con las proporciones. Además, Las personas mayores suelen presentar problemas intestinales, lo que puede solucionarse a través de la fibra que aportan muchos de los alimentos de origen vegetal. En cuanto a la ingesta de proteína, las legumbres son perfectas para ellos, puesto que además de ser una excelente fuente de proteínas, también tienen una consistencia ideal para los problemas de deglución recurrentes en personas mayores.
Una vida vegana es saludable
Realmente es posible llevar una vida saludable con una dieta vegana. Sin embargo, es importante tomar en cuenta las proporciones y los alimentos que incluimos en nuestro día a día, esto para evitar consecuencias negativas como la anemia. Para iniciarte en una vida vegana, lo mejor es consultar con tu médico para que te sugiera una dieta balanceada y saludable.
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